Avaricia mortal
Habitaba en un mundo rodeado de huchas y cajas donde guardaba celosamente monedas y
billetes que a lo largo de su vida había ido acumulando.
Por su trabajo en la bolsa
ganaba mucho dinero pero, desconfiando de los bancos, lo almacenó en casa. Su pasión por el dinero le hizo mantener una
rígida economía de subsistencia y un exigente cálculo de sus gastos para
ahorrar el máximo. Asustado ante lo cara que estaba la vida comenzó a
prescindir cada día de más cosas. Vendió el televisor, el teléfono, el coche,
el equipo de música, sus trajes y hasta la nevera. Por no gastar no encendía la
luz y prácticamente no comía. Tal era su estado de flojedad que, incapaz de
bajar las escaleras, dejó de ir a trabajar. Pero sin ingresos no podía seguir
acumulando. Desesperado rompió las huchas e inició un frenético recuento de su
fortuna. La debilidad y la penumbra le nublaron los ojos, tropezó y de sus
manos cayeron rodando las monedas. Incapaz de sostenerse se dejó caer junto a
ellas. Estaba helado y se abrigó con billetes de 500 euros. En un último gesto
ahorró oxígeno. Su muerte nunca pudo esclarecerse.
Accesit Concurso relatos " pecados capitales" Editorial Defoto .