Ultima lectura
Confiado en que, después del fracaso editorial, pudieran guardar una cierta relación, se abrió para que
pudiera leerle. Su voz atronadora le hizo tambalear y caer al suelo. Cuando lo arrojo a la calle supo que llegaba al último capítulo. Mientras caía sintió morir su complicidad creativa.
No resistió el envite de la lluvia de sus palabras ácidas, sus hojas al deshacerse, emborronadas por la humedad de su desilusión, se deslizaron hacia la alcantarilla.
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