sábado, 19 de mayo de 2012

La Sopa Un día echando mano de ingredientes imaginarios cocine una sopa en mis fogones. Muchos fueron los comensales que la probaron y decidieron que por su sabor merecía llevarla a palacios y castillos y darle una denominación de origen. Y así ocurrió y empujada por los molinos de viento aterricé en un pueblo de la Mancha llamado Quero. Al compartir la sopa con seres de colores diversos, se produjo un milagro: los negros y oscuros desaparecieron entre rayos y truenos, mientras que los blancos, azules, amarillos y violetas atravesaron el cielo en busca de un mundo mejor. Y esta es la historia del premio de microrelatos Museo de la palabra.

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