jueves, 5 de septiembre de 2013

Sin armas


Demasiado corto, demasiado. 
La luz cambió las sombras y erradicó el mal. 
Fue un sueño o quizás un instante de lucidez planetaria.  Las hojas del otoño se preparan para caer sobre los restos. 
Si me duermo volveré a  soñar con el milagro de la multiplicación de la sensatez, los panes y los peces. Cierro los ojos.

Fotografía Ana Gimenez

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