lunes, 9 de septiembre de 2013

Avaricia mortal


   Habitaba en un mundo rodeado de huchas y cajas donde guardaba celosamente monedas y billetes que a lo largo de su vida había ido acumulando.
 Por su trabajo en la bolsa ganaba mucho dinero pero, desconfiando de los bancos, lo almacenó en casa.  Su pasión por el dinero le hizo mantener una rígida economía de subsistencia y un exigente cálculo de sus gastos para ahorrar el máximo. Asustado ante lo cara que estaba la vida comenzó a prescindir cada día de más cosas. Vendió el televisor, el teléfono, el coche, el equipo de música, sus trajes y hasta la nevera. Por no gastar no encendía la luz y prácticamente no comía. Tal era su estado de flojedad que, incapaz de bajar las escaleras, dejó de ir a trabajar. Pero sin ingresos no podía seguir acumulando. Desesperado rompió las huchas e inició un frenético recuento de su fortuna. La debilidad y la penumbra le nublaron los ojos, tropezó y de sus manos cayeron rodando las monedas. Incapaz de sostenerse se dejó caer junto a ellas. Estaba helado y se abrigó con billetes de 500 euros. En un último gesto ahorró oxígeno. Su muerte nunca pudo esclarecerse.

Accesit Concurso relatos " pecados capitales" Editorial Defoto . 

2 comentarios:

  1. Estimada: Me gusta mucho el estilo de su "pluma". Disfruto sus pequeños cuentos. Por aquí en Uruguay, en tamaño menor, 160 caracteres, se les llama minicuentos. Me dieron muchas satisfacciones estas pocas palabras hechas mínima historia, y que ahora comparto contigo: No vi la mano. Sentí el cuchillo. Te felicito por tus trabajos. Seguiré leyéndote.

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    1. Gracias por tus comentarios, es muy estimulante que estando lejos se sienta cercana la escritura, ese placer privado que se comparte también con alegría al saber de la existencia de otros que quizás recorran significados parecidos.

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