domingo, 28 de junio de 2015


Inmersión


A las cuatro empezaba su serie favorita, sus hijos ya habían comido y se apresuraba a recoger los platos. De régimen riguroso no se sentaba a la mesa con todos, aunque disimuladamente siempre picaba algo. Esa vez, cuando todos se marcharon preparó un abundante plato de jamón serrano y se sirvió una copa de vino. Sentada en el sofá, miraba sin parpadear la televisión cuando de pronto una luz muy potente la absorbió como un embudo. Esa noche cuando volvieron tan solo encontraron restos del jamón en el plato. Ese día quedaría marcado para siempre en el calendario familiar.

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