sábado, 8 de noviembre de 2014




La ración


Esperó hasta dormirse y soñó con otra Navidad. Los ruidos del hambre fueron apagándose. De improviso, apareció una niña detrás de un escaparate, rodeada de buñuelos, ensaimadas  y chocolate. Sumergida en una montaña azucarada, apenas sobresalía su rostro, con la mirada perdida, ausente. Para llamar su atención golpeó con los nudillos el cristal y gesticuló insistentemente. Fue en vano, ella no podía verla, habitaba en un globo repleto de su propio aire, impermeable, lleno del vapor asfixiante del olvido. Gritó hasta quedarse afónica, solo entonces despertó. Sobre la mesa un pedazo de pan y un vaso de leche.   


http://www.humanium.org/es/derechos/


2 comentarios:

  1. Un texto etéreo y sensible, de los de releer. Me gusta ese punto de realidad que acompaña tus sueños.
    Sigo leyéndote.
    Saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. gracias Alfredo por compartir las señas de mis sueños

      Eliminar

Seguidores

Datos personales

Archivo del blog